sábado, 25 de agosto de 2007

Cada animal, cuidados en particular

Son muchas las personas que, a la hora de elegir un animal de compañía para su hogar, se decantan por un perro o por un gato. Este hecho ha ayudado mucho a alargar los años de vida de estos animales, que dejan a un lado los peligros de la calle para obtener el calor y la protección de una familia. Aún así, según un estudio realizado por la División de Sanidad Animal de Bayer, a nuestras animal de compañías les damos muchos mimos, pero no los cuidados básicos, por lo que el riesgo a adquirir enfermedades es muy alto.

Ya quedó atrás la tendencia a recurrir a un can para labores de caza o vigilancia, o a un gato para eliminar las plagas de un determinado lugar. Aunque son muchos los casos en los que se decide adquirir un perro para tener la obligación de salir con él a pasear, la mayoría tiende a tomar esta decisión por el mero capricho de tener un animal de compañía y cuidarle. Según constatan los datos facilitados por Bayer, más del 75% de las personas propietarias de un can, lo consideran como un miembro más de la familia.

Dormir dentro y no fueraDurante el día son muchas las actividades que se realizan con el perro, pero en España, a diferencia de otros países europeos como Alemania, Francia o Inglaterra, es un hábito instalarle una caseta en el exterior para que pase la noche. Estar tanto tiempo a la intemperie supone una amenaza constante de infecciones parasitarias, además de muchas otras enfermedades que, como la Leishmaniosis, pueden ocasionarle la muerte. Estas afecciones no sólo ponen en peligro la salud del perro, sino que también suponen una alarma para sus dueños.
Lo más aconsejable es habilitar un espacio dentro del hogar donde poner una cesta en la que el perro pueda dormir tranquilo sin molestar a nadie. Además, el hecho de pasar la noche fuera de casa hace que éste reaccione con más agresividad a los ladridos de otros perros; algo que no sucedería si estuviera dentro de la vivienda, porque se siente acompañado y protegido. El 12% de los ingleses, alemanes y franceses opta por dejar dormir a su animal de compañía dentro de su cama, mientras que el 30% prefiere que duerma en el suelo, pero en la misma habitación.
Combinar mimos y cuidadosCuando se opta por tener un perro o un gato, el dueño es el responsable de la salud de la animal de compañía. Las tres reglas imprescindibles para que un animal esté mínimamente sano son: que tenga una cartilla sanitaria con las vacunaciones obligatorias, que realice una visita anual al veterinario y que tome los medicamentos necesarios para la desparasitación. No es suficiente con entregarle afecto y cariño, porque, aunque se considere que sus condiciones de vida son las adecuadas, hay enfermedades como los parásitos internos que no se pueden evitar, puesto que se adquieren en la calle, al contacto con las heces de otro perro afectado.

Bayer Sanidad Animal confirma que en este último año se ha experimentado un aumento del gasto destinado al cuidado, bienestar y manutención del animal doméstico, aunque no se hayan alcanzado las expectativas en cuanto a los cuidados idóneos, ya que las visitas al veterinario no han aumentado considerablemente.

Además, este experto añade que si hoy en día las animal de compañías viven más años ha sido gracias a “los notorios avances de la medicina veterinaria”. Esta especialidad permite intervenir a tiempo en las enfermedades de tipo geriátrico, que cada vez son más abundantes, o en las mortales, como la diabetes o la insuficiencia cardiaca, para mantenerlas bajo control y convertir las letales en crónicas.

Protégelos contra los parásitosSegún los datos de este estudio, son numerosos los perros que carecen de protección ante el ataque de las pulgas, los insectos o las garrapatas. Estos parásitos se pueden combatir mediante medicamentos repelentes o colocándoles un collar antiparásitos, que se debe mantener durante todo el año, aunque en verano el riesgo es aún mayor. Estas cifras aumentan al hablar de enfermedades trasmisibles o intestinales, donde la mitad de los perros europeos no recibe ningún tratamiento para prevenirlas.

Existen diferentes señales que indican si tu animal de compañía está siendo atacada por parásitos externos. En muchas ocasiones, además del constante picor que le producen, se le puede caer el pelo en diversas zonas del cuerpo o realizarse lesiones provocadas cuando se rasca excesivamente.

El hecho de tener una animal de compañía no sólo requiere mimos y caricias, sino que, además, el cuidado básico que necesitan es fundamental. Para ello, es imprescindible disponer de tiempo para ofrecerle todas las atenciones que sean de carácter obligatorio. Es importante tener en cuenta estos aspectos a la hora de decidirse por adquirir un perro o un gato.

Consejos a la hora de Adoptar a un Perro

En los centros de protección animal hay perros de todo tipo, desde cachorros hasta otros que ya son ancianos o se encuentran enfermos. Cada uno de ellos lleva su propia historia, pero todos están igual de necesitados de atención y cariño. A diferencia de lo que la gente piensa, un perro adulto o anciano es un animal lleno de cariño por entregar, muy atento y tranquilo.

Algunos perros han sido abandonados porque sus dueños se cansaron de ellos, hubo problemas familiares, se fueron a vivir a otro lugar, enfermaron o murieron. Pero muchos otros fueron maltratados, desatendidos o encadenados durante largos periodos de tiempo. La gran mayoría de los abandonos tiene un denominador común: sus propietarios anteriores no habían pensado seriamente sobre la responsabilidad que conlleva tener un perro.

Casi todos los perros que se encuentran en los albergues de animales pueden ser reeducados con éxito. Sobre todo, si el nuevo propietario tiene experiencia o está dispuesto a dedicar a su nueva mascota el tiempo o la paciencia que requiera. Siempre se debe comunicar al personal del centro qué clase de perro se desea tener y el tipo de vida que se lleva, matizando aspectos como en qué tipo de vivienda resides, edad del can que deseas, si convive otra mascota en el hogar, edad de los miembros de la familia, el tiempo libre disponible, etc.

Lo ideal sería visitar al perro elegido en el centro de adopción y llevarlo a dar un pequeño paseo para acostumbrarnos a él y para que él se acostumbre a nosotros. Si todo el mundo pensara en estos aspectos tan importantes antes de adoptar, habría más adopciones felices y menos perros abandonados en el mundo.

Pautas para educar correctamente a un perro adoptadoA la hora de adoptar un perro, es necesario tener en cuenta una serie de actitudes que repercutirán de forma positiva en el comportamiento y carácter del nuevo can. De esta forma conseguiremos una mejor adaptación del animal a nuestro hogar, además de ganarnos su confianza:
• Decidir de antemano si se desea un cachorro, un perro adolescente, un adulto o un perro anciano. Conviene informarse bien sobre las ventajas e inconvenientes de adoptar un perro en cada una de estas edades. La mayoría de la gente es reacia a adoptar perros adultos, cuando en realidad el período de adaptación de éstos suele ser menor que en el caso de los cachorros.
• ¿Estás siempre ocupado? Si éste es tu caso, lo más recomendable es no elegir un perro que necesite cepillado diario.
• ¿Eres deportista y te gusta pasear a diario? En este caso, elige un perro que necesite hacer ejercicio constantemente.
• ¿Tienes niños pequeños? Cuando el can tiene que compartir su vida diaria con niños, conviene adquirir un animal acostumbrado a tratar con ellos.
• ¿Tienes otros animales? Valora las posibilidades de convivencia entre ellos antes de adoptar un nuevo animal. Si es posible, intenta que se conozcan antes para evaluar sus reacciones.
• Tómate tu tiempo. Una elección precipitada te perjudicará a ti y al perro. Todos los centros de adopción de animales serios estarán encantados de asesorarte y de contestar a todas las preguntas que tengas antes de que tomes la decisión final.
• Averigua todo lo que puedas sobre la vida pasada del animal y de su carácter. Llévalo a dar un breve paseo y observa cómo se comporta tanto fuera como dentro de casa.
• Una vez adoptado, lo primero que se debe hacer es llevar al perro al veterinario que vaya a tratarle habitualmente.

Actitudes incorrectas al adoptar un perroExiste una serie de aspectos importantes a la hora de decantarse por un perro abandonado como animal de compañía. Aunque este animal requiera de los mismos gastos que cualquier otro, hay que tener mucho cuidado con las actitudes que se adoptan con él, ya que secuelas de su experiencia familiar anterior pueden convertir una convivencia en un problema diario, si no se trata a tiempo.

• No debes elegir un perro de un albergue o de una perrera solamente porque sea más barato. Los canes que se encuentran en este tipo de instalaciones necesitarán las mismas atenciones y conllevarán los mismos gastos que uno comprado.

• No te precipites. Piensa que tu compromiso tiene que durar toda la vida del animal.
• No elijas al animal sólo por su aspecto. Su forma de comportarse es mucho más importante que su belleza exterior.
• No agobies a tu nuevo perro con mimos y carantoñas, por muy adorable que sea. Ten en cuenta que puede sentirse acosado si lo haces. Dale tiempo y espacio para que se vaya acostumbrando a su nuevo hogar y a los nuevos miembros de la familia.

Son muchos los aspectos que hay que tener en cuenta antes de adoptar un perro. Cuando encuentres el can que mejor se adapte a tu forma de ser, conseguirás una buena relación animal-hombre, además del amigo más fiel que puedas imaginar.

Reportajes recomendados
Los animales de compañia necesitan más cuidados
Adopción de animales de compañía

Por Mª Asunción Saura, Periodista
Fuentes de información:
Acogelos.org

Animales de Compañia y Ancianos, un beneficio mutuo

Las ventajas de adquirir una mascota son múltiples: ternura, cariño, compañía, amistad, etc. Su presencia en nuestro hogar convierte el espacio en un lugar alegre y acogedor. Además, estas virtudes se ven acrecentadas cuando la soledad llega a nuestra vida en la senectud. En estos momentos es cuando el hecho de contar con un amigo que nos transmita afecto se convierte en una necesidad básica.

En el caso de una persona de edad avanzada, la posible aparición de la temida melancolía, ya sea por la viudedad o por la imposibilidad de ser cuidados por su familia, puede hacerse más llevadera con una mascota en el hogar. Disfrutar a diario de un perro o un gato le ayudará a seguir adelante de una manera mucho más optimista y saludable.

Fructíferas investigacionesLas investigaciones que se han llevado a cabo en el campo de los animales de compañía han sido muy fértiles. Un ejemplo de ello es el conjunto de estudios realizados por la Fundación Affinity, que ha conseguido grandes avances en los conocimientos sobre las ventajas que aporta una mascota a algunos sectores de la población como ancianos, discapacitados o presos.

Para la Fundación, una persona mayor puede beneficiarse de la compañía de los animales, siempre y cuando ésta tenga muy claro que no sólo lo desea, sino que también puede hacerlo. Desde el año 1992 financian los costes de la adopción a personas jubiladas y han costeado los estudios de la Universidad de Baleares y de la de Barcelona que confirman los beneficios de la tenencia de animales por los mayores.

Notables mejoríasLa mayoría de las personas muestran una actitud positiva a través de su relación con una mascota. Las observaciones efectuadas hasta el momento demuestran que se pueden conseguir importantes mejoras en problemas de tipo psicológico y físico gracias al apoyo de un animal doméstico.

Mayor movilidad, más amigos, menos medicinas y un aumento de la sensación de bienestar son algunos de los aspectos positivos que aportan a la gente mayor. El hecho de cuidar de un animal, manteniendo la cabeza ocupada, es otra gran virtud de nuestro amigo. Además, debemos pensar en lo agradable que puede ser para una persona que se ha quedado sola contar con un pequeño compañero en casa que le haga la vida más alegre y le haga olvidar sus penas.

Terapias con animalesPara la gente mayor, la convivencia con un animal puede transmitir mucha vitalidad; incluso llegan a vivir más tiempo y con mayor calidad. El hecho de tener la responsabilidad de dar de comer a su mascota, llevarlo al veterinario, cuidar su aspecto físico, etc. supone realizar más ejercicio y, por tanto, la consecuente mejora de su salud. Igualmente, acariciar al animal, sentir sus mimos y su necesidad de cuidados, son grandes puntos a favor del uso de animales en el tratamiento contra la depresión.

En algunos países se tienen animales en los hogares geriátricos como parte de la terapia con los mayores. Sin embargo, no debemos olvidar que este método no debe aplicarse aislado, sino que es complementario de los cuidados que el anciano necesita de los expertos médicos.
Grandes beneficiosExisten muchas razones por las que un anciano puede sentirse triste. En la mayoría de las ocasiones, perder a su pareja y tener que afrontar la vida en soledad, le impide sentirse satisfecho. Asimismo, la disminución de actividades por estar enfermo o por no sentirse arropado por su gente, pueden afligirle mucho, una situación que ha crecido más de lo que pensamos en los últimos años.

Sin embargo, existen medios para paliar este sentimiento. La mayoría de las personas no conoce las enormes excelencias que producen las mascotas sobre ellos mismos. Un perro o un gato son los mejores compañeros para cualquiera de nosotros, pero más aún cuando se llega a la tercera edad.

Entretenimiento, relajación y equilibrio emocional son algunos de los beneficios demostrados. Incluso, varias pesquisas han evidenciado que aumentan y mejoran la vida en enfermos cardíacos. Por tanto, nada mejor que un buen y leal amigo para combatir los pesares al llegar la vejez.

Terapia asistida por animales, la mejor medicina

¿Qué pensarías si tu médico te recomendara tener un animal de compañia?
Los animales pueden aportar beneficios físicos y psicológicos en el tratamiento de numerosas enfermedades. Son muchos los estudios que se han realizado sobre esta materia, pero es ahora cuando comienza a extenderse su aplicación real.

Corría el año 1953 cuando el psiquiatra Boris M. Levinson descansaba en su despacho con su perro Jingles junto a él. Un paciente del doctor se presentó muy nervioso antes de la cita. Se trataba de una madre con su niño, que acusaba gran retraimiento y aquella tarde estaba muy alterado. El perro del Dr. Levinson se acercó al niño, llamado Johnny, y comenzó a jugar con él. El psiquiatra tuvo la brillante idea de incluir a Jingles en el tratamiento para comprobar si esta terapia ayudaba a la rehabilitación de Johnny.

Dos disciplinas diferentes
Lo que comenzó como un ensayo fruto de la casualidad, ha terminado constituyendo dos prácticas muy eficientes que hoy en día se conocen como Actividad Asistida por Animales (A.A.A.) y Terapia Asistida por Animales (T.A.A.). El primero de estos programas propone encuentros o visitas en las que se incorpora y juega un papel básico el animal. Se trata de algo espontáneo y no regulado, es decir, que el terapeuta puede ser perfectamente un voluntario no profesional y, por lo tanto, no se registran los avances y no existen objetivos concretos. Los entornos en los que se desarrolla una A.A.A. pueden ser de lo más variopinto y no son específicos.

La T.A.A. es algo mucho más serio y ordenado. Se plantean una serie de objetivos y metas para la recuperación de un paciente que, por norma general, no ha mejorado con la medicina tradicional. Así pues, los progresos dentro de esta terapia se van recogiendo para el estudio, el establecimiento de valores en la evolución y el diagnóstico. Éstos son algunos rasgos por los que se diferencian ambos tratamientos y porque la persona que controla el proceso es un fisioterapeuta o un psicólogo, es decir, alguien cualificado.

Beneficios de la interacción
La profesionalidad de estas técnicas exige un grado de preparación en los animales muy alto. Por eso, se les selecciona y entrena a conciencia tras cumplir con éxito pruebas de salud, habilidad y aptitud. Las sesiones se establecen de tal forma que se pueda extraer de las mismas algo positivo, ya sea la relajación del paciente, el hecho de que éste hable, demuestre su cariño y sus debilidades, se haga más fuerte, olvide sus problemas de salud, etc.
Los fines que se persiguen con esta terapia van desde los beneficios físicos y mentales hasta los educativos y emotivos. Por ejemplo, físicamente, se persigue mejorar tanto las habilidades en el manejo de una silla de ruedas como las cualidades motoras en general. En cuanto a las mejoras psíquicas se pueden conseguir interacciones verbales, desarrollar la autoestima, paliar la soledad y la ansiedad o fomentar la atención.

Además de todos estos logros, también se pueden alcanzar sentimientos deseables como la empatía, la socialización y la aceptación. La mente se estimula e, incluso, se puede llegar a estabilizar el metabolismo. Pero no sólo las mascotas convencionales pueden ser utilizadas para lograr efectos terapéuticos. Si bien el perro es un animal asombroso por su capacidad de aprendizaje, obediencia, fidelidad y amor incondicional que profesa, hoy en día existen alternativas terapéuticas como la Hipoterapia (Terapia Asistida por Caballos) y la Delfinoterapia (Terapia Asistida por Delfines).

Principales obstáculos
Está comprobado que los animales son de gran ayuda para el ser humano, pero a veces la intención no es lo único que cuenta. Puede darse el caso de que al enfermo no le favorezcan en absoluto este tipo de técnicas, bien porque se obsesiona con el animal, porque no confíe en las expectativas de curación o, simplemente, porque resulte alérgico.

En el caso del terapeuta, puede ocurrir que no estén bien orientado o formado. La institución tiene la responsabilidad legal en caso de accidente. Además, debe disponer de un espacio adecuado, controlar los ruidos y las condiciones de salubridad. Muchas veces estas organizaciones acaban antes de empezar debido a todas estas cortapisas. Por supuesto, un animal dedicado a esto puede llegar a sufrir mucho, por eso es necesario que sea controlado por un veterinario.

Niños y Animales, GRANDES AMIGOS

Aquellas personas que en algún momento de su vida han estado en contacto directo y cotidiano con algún animal saben de la importante relación afectiva que se establece con él. Da lo mismo que sea grande o pequeño, cachorro o adulto. Es un ser vivo que abre la posibilidad de establecer una comunicación más allá de lo verbal.

Los niños están aún mas cerca de esa época en que lo verbal estaba lejos de su código comunicacional; a través de las expresiones, los gestos, el olor o el sonido encontraban una vía de interrelación con el exterior. Eran seres absolutamente dependientes de alguien se ocupara de su nutrición y su cuidado. Por esta razón, los niños comprenden y se sienten fascinados por los animales. Es fácil deducir que niños con retraso en su proceso madurativo puedan establecer muy buenas relaciones con los mismos, y que además éstos les permitan también crear lazos afectivos que, tal vez, les resulta más complicado entablar con las personas.

Óptimos resultados con niños autistasLas últimas investigaciones realizadas con niños autistas y publicadas en el I Congreso Internacional ‘El Hombre y los Animales de Compañía: Beneficios para la salud’, por el doctor A. Redefer, son bastante reveladoras. Estos niños tienen un nivel de comunicación muy pobre con el exterior, con comportamientos repetitivos que dificultan la inclusión en su mundo. En el estudio realizado se incluía la presencia de un perro entre el terapeuta y el niño y resultaba que éste respondía de una forma clara a la presencia del animal, favoreciendo la interrelación con el terapeuta. Por fin salía de su aislamiento, capturado por el movimiento, el sonido y el olor característico del perro. Poco a poco se iba incorporando al juego junto con el terapeuta: tirarle pelotas, cepillarle, acariciarle...

Aunque esta actitud del niño fue difícil mantenerla en el exterior y más allá de un tiempo determinado, es indudable que el hecho de haber podido sacar, por unos momentos, a estos niños de su ensimismamiento es muy esperanzador.

Los beneficios en niños insegurosSi con semejante problemática hemos podido observar la importante reacción del niño hacia el animal, podemos comprender que cuando el conflicto no es tan agudo, la reacción será más satisfactoria y duradera. Existen niños que, por su situación familiar - padres separados, huérfanos, etc.- o personal tienen dificultad para expresar su afecto. Son niños inhibidos, inseguros, atemorizados, para los que el mundo exterior se convierte en muy amenazante. Cuando pueden entablar una buena relación con su animal de compañía van perdiendo el temor a ser agredidos, confían en la fidelidad de su animal, comprueban el interés, cariño y atención que despiertan en su animal de compañía, y así pueden empezar a hacer una extrapolación al mundo exterior y confiar en un afuera más tranquilizador y menos persecutorio.
No debemos olvidar que, de la misma manera que en el juego, los niños reproducen con sus animales de compañía lo vivido y "sufrido" en su vida exterior. En este sentido, el buen "instinto" de los animales, que les hace diferenciar el trato entre adultos y niños, permite que estos últimos puedan "descargar" sus rabietas o sentimientos de ser agredidos y maltratados en sus pobres animales de compañía, sin ser respondidos con el mismo "ímpetu" por ellas. Todos hemos oído aquello de "Hay que ver cómo aguanta el perro los malos tratos del niño..." Los animales son también un vehículo del sadismo de los niños, pero saben, generalmente, manejarlo muy bien. No son masoquistas, se dejan "maltratar" hasta que el umbral del dolor se lo permite.
Aprender a respetarEste ‘buen samaritano’ que es el animal consigue que el niño, por un lado, pueda descargar su furia y, por otro, entender que hay límites en la agresión que no deben ser traspasados si no se quiere recibir daño. Aprender a respetar. Aquellos que se sienten desprotegidos o faltos de amor pueden encontrar en un animal de compañía la manera de llenar esa falta. Les quieren como a ellos les gustaría ser queridos, muestran una ternura y un cuidado hacia su animal de compañía que, a su vez, van a recibir de ella. Finalmente, me gustaría reseñar lo importante que es para el proceso madurativo del niño el comenzar a darle responsabilidades que le hagan sentirse ‘mayor’. Tan sólo problemas y dificultades. Cuando a estos niños se les posibilita la experiencia de tener que cuidar a un otro, y en nuestro caso a un animal, la experiencia del crecimiento se convierte en algo hermoso. El niño va viendo cómo al cachorrillo hay que cuidarle especialmente por lo débil que es frente al mundo. Verle crecer y fortalecerse supone un orgullo para sí mismo que ha ayudado a ese crecimiento. Así también se le está enseñando a ese niño de hoy a ser un adulto del mañana con capacidad para amar, cuidar, respetar y sobre todo no olvidar la lección de que el ‘fuerte’ debe ayudar al ‘débil’ para que el ciclo de la vida siga su curso.

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Beneficios de Tener un Animal de Compañia en Casa

Los animales de compañía están considerados como una medicina preventiva. Su cuidado y el afecto hacia ellos promueven la salud y prolongan la vida. Numerosos estudios han demostrado, por ejemplo, que cuando los acariciamos la tensión arterial se reduce, además de producir efectos relajantes en nuestro organismo. Y es que, sin duda, ellos son un verdadero antídoto contra el estrés y una fuente inagotable de amor y compañía.

Estos son algunos de los beneficios que aporta la convivencia con una animal de compañía.

Disminuyen el sentimiento de soledad: su presencia constante hace que las personas se sientan más confiadas, seguras y protegidas. Su compañía también estimula el contacto físico y la comunicación; casi todos los dueños le hablan a su mascota y la conversación resulta más relajante debido a una sencilla razón: los animales no juzgan a las personas.

Incrementan la autoestima: los cuidados y atenciones que demandan las animales de compañía reducen los tiempos de ocio, hacen que la persona se sienta útil y generan una estrecha relación entre humano y animal, en la que ambos intercambian cariño y emociones. Son una constante fuente de motivación para su dueño.

Los niños aprenden: la convivencia con las animales de compañía contribuye a que los niños aprendan valores positivos como el respeto hacia los animales y la vida, la amistad y el amor, crea sentido de responsabilidad y promueve la comunicación entre padres e hijos. Las animales de compañía pueden enseñar a los niños a amar. Una animal de compañía desarrolla en el niño la sensación de ser siempre aceptado y querido.

Mejoran el humor: ellas son una fuente de alegría y diversión para toda la familia, y con su compañía nos enseñan a disfrutar de las cosas sencillas de la vida.
Estimulan el contacto social: tener una animal de compañía es una buena manera de establecer contactos sociales más positivos, conociendo a otras personas con quienes compartir anécdotas y experiencias sobre ella, ampliando así el círculo de amistades.

Ayudan a estar en forma: los perros necesitan caminar y hacer ejercicio diariamente. Compartir con la mascota y disfrutar de esta actividad hace que tanto ella como su dueño se mantengan saludables.

Favorecen la recuperación de las enfermedades: se ha demostrado que aquellas personas que poseen animales de compañía se recuperan más rápido de enfermedades como infartos y de cirugías, que aquellas que no las poseen.

Apoyan a personas discapacitadas: particularmente los perros, pueden convertirse en los ojos, los oídos y las piernas de muchas personas que padecen ciertos impedimentos físicos.
Nos hacen más humanos: los cuidados y el amor hacia los animales nos hacen demostrar mayor empatía y actitudes positivas hacia ellos, y así aprendemos a actuar de la misma manera con las personas.

Liberan del estrés: los estudios llevados a cabo sobre personas que poseen animales de compañía y otras que no tienen, muestran que el primer grupo tiene estados de ánimo más altos y periodos menores de depresión.

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Fuente:Perros Aragoneses

Los Animales Reducen el Riesgo de padecer ALERGIAS

Aquellas personas que comparten su entorno con un animal poseen una vida mucho más saludable en numerosos aspectos. Igualmente, los bebés que durante la lactancia han estado en contacto directo con animales domésticos, desarrollarán en su organismo defensas contra diversas bacterias.

Ciertos estudios confirman que los niños que se crían con un animal de compañia tienen menos riesgo de desarrollar determinadas alergias o enfermedades, tales como el asma.

Las investigaciones llaman la atención sobre las endotoxinas, componentes de las bacterias que abundan en todos los hogares en los que habita un perro o un gato. Los pequeños que crecen en un ambiente con estas bacterias desarrollan una mayor inmunidad y menor sensibilidad a las mismas, llegando incluso a reducir de forma considerable las posibilidades de padecer alergias a lo largo de su vida.

Bacterias y animales: efecto protector

Una investigación publicada por el Journal of the American Medical Association, realizó un seguimiento a 474 bebés sanos, desde su nacimiento hasta los siete años. De ellos, 184 compartieron su infancia con animales de compañía y 220 no tuvieron contacto con sus animales de compañia.

Una vez concluido el análisis, se descubrió que los niños que vivían con perros o gatos tenían un 50% menos de probabilidades de desarrollar enfermedades alérgicas, en comparación con los que no convivieron con animal alguno. Además, el informe demostró que los niños del primer grupo, al estar más sanos, asistieron a clase una media de 18 días más que sus compañeros sin mascota. Asimismo, los bebés que crecen próximos a una granja presentan un menor índice de afecciones que los que no se ven expuestos a las bacterias que trasmiten los animales de rancho
Efectos positivos de tener un animal de compañía.

Tener un animal de compañía es positivo y aporta beneficios a la salud humana: existe un menor riesgo de sufrir ataques al corazón y otras enfermedades cardiovasculares, desciende la demanda de servicios médicos y se produce una mejoría física y psicológica en las personas de la tercera edad. Sin embargo, aunque no existe una evidencia definitiva para reafirmar lo dicho, las estadísticas demuestran que los “dueños” de animales son menos propensos a desarrollar alergias y otras dolencias.

Expertos en el tema indican que los niños que habitan con animales crean un código comunicacional mutuo a través de las expresiones, el olor, los gestos, etc., es decir, se comunican. Por esta razón, los más pequeños de la casa se sienten fascinados por los animales: crean fuertes lazos afectivos, aprenden a respetar y muestran ternura y cuidado hacia su animal de compñia. En este sentido, cuando tu hijo se haga adulto se convertirá en una persona con capacidad para amar y cuidar al prójimo.

Futuras terapias

Uno de los métodos más prometedores que se estudia para intentar aplacar esta hipersensibilidad es el de someter a los niños desde una edad muy temprana a las bacterias que van a influenciar en su sistema inmunitario. Por ejemplo, una familia que quiera tener en casa un animal de compañía, estará exponiendo desde el principio a su bebé a los numerosos microbios que desprende su nuevo amigo.
El objetivo de esta exposición es forzar las defensas inmunitarias del bebé para que desarrollen un espacio protector. El fin del método es frenar la reacción alérgica y contribuir a un organismo más saludable preparado para adaptarse al entorno.

No le abandones

Aunque los niños que han tenido contacto con animales durante los primeros años de vida padecen menos patologías, también es cierto que existe el caso contrario. Los casos de alergia producidos por animales van en aumento: las proteínas del pelo, la saliva o la orina pueden producir una reacción que produzca síntomas como la rinoconjutivitis, dermatitis o problemas de las vías respiratorias de tu retoño o de cualquier otro miembro de tu familia.

La alergia es una respuesta exagerada de nuestro organismo cuando entra en contacto con determinadas sustancias. El sistema inmunitario encuentra en una partícula de polvo, polen, pelo de gato o de perro, por ejemplo, cuerpos extraños y peligrosos. Nuestro cuerpo reacciona contra esos agentes extraños produciendo una serie de anticuerpos que actúan como autodefensa. Cada vez son más los especialistas que atribuyen la aparición de estos trastornos, a una excesiva higiene en nuestra vida cotidiana que hace que nuestro sistema inmunológico se vuelva más vulnerable ante cualquier alérgeno.

Algunos “dueños”, amparándose en esta contingencia, deciden abandonar a su animal de compañía por miedo a que se agraven las reacciones tras la aparición de los primeros síntomas. Antes de dejar a tu fiel amigo a su suerte, MundoPatitas te recomienda que te informes sobre los efectos que puede provocar esa alergia, ya que quizá no se desarrolle de forma severa.
A través de simples medidas de prevención, tales como lavar semanalmente al animal con un producto especial o seleccionar vacunas específicas para los diferentes tipos de alergia, siempre bajo prescripción médica, conseguirás que tu salud mejore y además, no tendrás que deshacerte de tu mejor amigo ya que él, nunca lo haría.

Reportajes recomendados:

Fuente: http://www.misanimales.com/mascotas/guiasapoyo/?pagina=mascotas_guiasapoyo_071_071