miércoles, 26 de noviembre de 2008

¿En que medida afectan las fiestas navideñas a los animales domiesticos?

Tenemos que pensar que los animales no perciben la realidad de la misma forma que nosotros. Lo que nos parece una fiesta con ruidos, gente desconocida, niños que corren y gritan, fuegos artificiales, para ellos puede ser una fuente de miedo y estrés.

La percepción de los ruidos es mucho más desarrollada en los perros que en el hombre y llegan a percibir sonidos a altas frecuencias que nosotros no percibimos y también a distancias mucho mayores. Sin dudas los ruidos fuertes son lo que más afecta a nuestras mascotas en las fiestas navideñas.

Además de esto en las fiestas se altera la rutina de la casa y tenemos menos tiempo que dedicar a nuestras mascotas que pueden percibir estos cambios de forma negativa no entendiendo algunos comportamientos que tenemos con ellas, como, por ejemplo, reñir a nuestro perro si juega con las decoraciones o se confunde pensando que el árbol de Navidad sea un común árbol del parque…

En estas fechas hay un aumento de las urgencias en las clínicas debidas a agresiones, peleas y atropellos debidos al aumento del estrés que puede conllevar episodios de agresividad y fobias.

No tenemos que olvidar por último, los problemas digestivos debidos a los excesos de alimentación y al desequilibrio en la dieta que los propietarios pueden causar a sus animales.No es aconsejables suministrar a los animales los alimentos que podemos consumir los humanos en las fiestas: corremos el riesgo de provocar problemas digestivos a veces graves.

¿A qué animal le afecta más la Navidad?

Sobre todo los ruidos asustan mucho a todos los animales que generalmente tienen la reacción de buscar un reparo. En todos los animales situaciones insólitas determinan un aumento del estrés. En general lo que se ve con más frecuencia en las clínicas veterinarias son los perros o sus dueños asustados o preocupados por la reacción del perro a los petardos.

¿Cómo podemos saber que nuestra mascota está estresada a causa de las fiestas? ¿Cuáles son los principales efectos?

Cada animal es un mundo y tiene su particular manera de reaccionar frente a lo que detecta como un peligro. Perros y gatos son hipersensibles a los ruidos externos debido a su excepcional oído y pueden reaccionar huyendo y destrozando todo lo que encuentran en su camino. Pueden buscar un refugio y esconderse, incluso por la sola presencia de personas extrañas.

Hay casos en los que el animal se pone rígido y tiembla en presencia de mucha gente o de los ruidos fuertes de los que hemos hablado.

Otros perros reaccionan ladrando y enfrentándose a la situación. En algunos casos los perros pueden tener fiebre, babearse, escaparse, perder el sentido de la orientación. También hay perros que no estarán afectados y no reaccionarán.

¿Cómo podemos evitar que las fiestas de Navidad afecten a nuestros animales?

Primero de todo tenemos que aprender que los perros no razonan como seres humanos. Delante de comportamientos de miedo no debemos coger al perro, consolarlo y acariciarlo. De esta forma iremos a encorajar este tipo de comportamiento y a premiarlo. Desde el punto de vista del perro le estamos diciendo que cada vez que tiemble o tenga este tipo de comportamiento le haremos caso y lo confortaremos.

Lo mejor es distraerlo con sus juguetes o poner música un poco más alta para que los petardos no sean los únicos ruidos. Prepararle una habitación confortable donde pueda esconderse si lo desea, donde tenga comida y agua. Por supuesto no encender petardos en casa.

¿Por qué los especialistas no recomendáis regalar animales de compañía en Navidad?

Pensamos que un cachorro que llega en un ambiente nuevo necesita curas y atenciones. Es un ser que ha dejado su madre y sus hermanos y se ve solo en un ambiente desconocido. No son las fechas por estar cuidando de un cachorro que va explorando y puede provocar destrozas en casa.

Pedagógicamente no es positivo presentar a los niños un animal como si fuera uno de los tantos juguetes de Navidad que dejarán cuando tengan uno nuevo.

Si tenemos que salir, ir a casa de parientes o de viaje no podremos dejarlo solo y si tenemos una cena en casa tendremos muchas cosas que hacer y no podremos dedicarle las atenciones que necesita.

Además tenemos que pensar que el mercado ofrece cantidades de cachorros, anunciados como si fueran regalos, es decir, objetos o peluches, sin el mínimo escrúpulo por parte de criadores que ven el negocio fácil. La mayoría de estos cachorros no han tenido las atenciones médicas y psicológica, necesarias, no han crecido en un ambiente saludable para su desarrollo físico y emocional. Lo que podemos adquirir es un animal enfermo o que desarrolle problemas de comportamiento por inadecuada socialización en la etapa crítica de su vida.

Aunque se trate de un perro adoptado y que no sea un cachorro, pensamos que siempre es un perro que tiene que adaptarse en un nuevo ambiente y además no conocemos su vida anterior, su historia y no podremos dedicarle la atención que necesita al entrar en nuestro hogar.

Pensamos, además, que muchos de los animales que se regalan en estas fechas son los que desgraciadamente se encuentran abandonados en verano por las calles.

¿Cuál es la mejor época del año para regalar una mascota?

No hay una época del año más o menos adecuada: más que de regalar una mascota se trata de tomar la decisión de adquirirla. Una mascota es un ser vivo y necesita curas y atenciones. Si no estamos seguros que la persona a la que hacemos este regalo pueda hacerse cargo, mejor no hacerlo. Lo importante, en el caso en que se quiera regalar a nuestros hijos una mascota, es que la decisión de hacer entrar en nuestra familia un nuevo miembro sea tomada después de la justa reflexión.

Lo ideal sería que toda la familia se sentara y decidiera el tipo de mascota que más se ajusta a sus posibilidades sobre todo de horario, tiempo y espacio. Es importante leer e informarse sobre el comportamiento y las normas básicas de adiestramiento y cuidado del perro. Si se trata de otra mascota, sobre todo animales exóticos, es importante conocer adecuadamente su biología y necesidades de espacio, alimentación y profilaxis (vacunas, desparasitación, limpieza).

En fin adquirir una mascota es como esperar un niño en una familia: será parte de la familia y tendrá que ser educado, nutrido y acompañado en su desarrollo físico y emocional.

Vera Vicinanza

Coordinadora del Área Veterinaria de ISED

jueves, 20 de noviembre de 2008

Antes de adquirir un animal de compañia...debes considerar:

1. ¿Estoy dispuesto a hacer un compromiso de por vida?

Considere que los perros y gatos pueden vivir de 10 a 18 años. No adopte uno por impulso. Primero asegúrese de que todos en la familia estén de acuerdo con tener y cuidar de una mascota. También es importante verificar que nadie en la familia sea alérgico o asmático, ya que estas enfermedades son las excusas más comunes por las cuales las personas deciden salir de sus animales. Las mascotas son un miembro más de la familia, si usted no está dispuesto a asumir este compromiso de por vida, no adopte un animal, terminará por abandonarlo y romperle el corazón.

2. ¿Dispongo del tiempo necesario para cuidar debidamente a mi animal de compañia?


Los animales necesitan de su tiempo no solo para alimentarlos sino también para bañarlos, llevarlos al veterinario, entrenarlos, jugar con ellos y para darles cariño y amor. Los cachorros necesitan más tiempo que los adultos, ya que dependiendo de su crianza el resultado será un pequeño obediente o desobediente. No es recomendable adoptar un cachorro si va a estar solo más de 4 horas diarias. Tanto los perros como los gatos necesitan cariño y atención. No hay nada más cruel que dejar un perro o gato solo por períodos largos. Los animales mansos que se mantienen en jaulas como los pájaros, hamsters y conejos, también necesitan pasar tiempo fuera de sus jaulas con sus responsables.

3. ¿Tengo intencion de mudarme en los proximos años?

“Nos mudamos” es la excusa número uno por la cual miles de personas entregan sus mascotas los albergues de animales. Si piensa mudarse en un futuro tiene que estar dispuesto a encontrar y mudarse a un lugar donde se permitan mascotas. ¿Si enfrenta una crisis en su vida, como un divorcio o una muerte, estará dispuesto a quedarse con su animal de compañia?

4. ¿ Cuento con los recursos económicos necesarios para mantener a mi mascota?

Sume los gastos de: alimento, vacunas anuales, productos de limpieza e higiene, juguetes y emergencias veterinarias. Estos son solo algunos de los costos envueltos al obtener una mascota. El animal merece una buena calidad de vida, ofreciéndole una alimentación adecuada que reuna los requisitos nutricionales necesarios y llevándolo regularmente al veterinario para su vacunación. Sin la alimentación correcta y sin sus vacunas, el animal podría enfermarse y después usted tendría que asumir un gran gasto llevándolo al veterinario.

5. ¿He considerado el espacio disponible en mi casa?

El tamaño y selección de tu compañero dependerá del tamaño de su hogar. Considere que los perros grandes necesitan espacios grandes para ejercitarse y desarrollarse correctamente. Recomendamos mantener los gatos dentro del hogar, ya que en las calles enfrentan peligros como el ser atropellados por carros, envenenados por vecinos, enfermarse o ser atacados por otros animales.

CONSEJOS ADICIONALES:

*.No compre un perro de raza, adopte uno sin casa.

*·No regale animales como sorpresa. Su “regalito” podría ser no bienvenido y terminar abandonado. Obtener un animal de compañia es una decisión muy personal.

* No permita que un niño escoja al animal de compañia. Esta debería ser la decisión de un adulto responsable que evalúe cual sería la mascota ideal para su hogar y familia.

*Si piensa elegir un animal de raza, no lo escoja solo por su apariencia, busque información sobre la raza y aprenda sobre su personalidad y comportamiento y verifique si va de acuerdo con su propia personalidad y nivel de paciencia. Por ejemplo: Si es impaciente y no tiene mucho tiempo, considere adoptar un tranquilo perro adulto de un albergue de animales.

*Considere adoptar un animal adulto. Son entrenables, más tranquilos y muy fieles.

*. Considere adoptar a un perro criollo. Son mas inteligentes, sanos y agradecidos.

¡¡¡ Adoptar en un albergue, salva dos vidas: la del animal que adoptes y la del que entra de la calle para ocupar su lugar !!!

martes, 18 de noviembre de 2008

Los animales y el circulo de la moral

En este artículo se plantea un problema filosófico. Es un problema que todos ustedes se han planteado, a buen seguro, en muchas ocasiones, y del que los filósofos se llevan ocupando desde los orígenes mismos de la filosofía. Si lográramos comprender bien este problema, y solucionarlo, muchas de las injusticias que tienen lugar en nuestro mundo desaparecerían.

El problema filosófico al que me refiero es el siguiente. Desde que el homo sapiens sapiens existe en este planeta, en todas las épocas y en todas las culturas se da una clase de personas, afortunadamente pocas, cuyo comportamiento hacia los demás está dirigido exclusivamente por el más puro egoísmo; personas que consideran a todos los seres humanos y a todos los seres vivos meros instrumentos a su servicio, a los que usan y de los que abusan a su antojo, a los que dominan, explotan, maltratan y destruyen. Son personas capaces de hacer daño a cualquiera que se cruce en su camino, ya sea para conseguir sus objetivos o por simple placer, sin que después los perturbe el menor remordimiento. Tales sujetos son a veces criminales, mercenarios en algún ejército, pero también pueden ser nuestros vecinos, gente de apariencia normal, de la calle, que son sistemáticamente malos amigos, padres tiránicos, pésimos compañeros de trabajo.

Existe otra clase de personas, también escasa, que tiene el comportamiento contrario: intentan ser justas, o incluso más aún, intentan ser buenas y generosas con todo aquél que se encuentran a lo largo de su vida. Se esfuerzan por ser buenos padres o madres de familia, fieles amigos, compañeros en los que confiar, vecinos amables, ciudadanos responsables, ecologistas convencidos, rescatadores de animales abandonados. Son personas que se alegran con las alegrías de los demás y a las que entristecen los problemas ajenos, para los que siempre están dispuestos a ayudar en la búsqueda de una solución.

Estas dos clases de personas, ambas minoritarias, se sitúan en los dos extremos del espectro. Entre estas dos clases nos encontramos todos los demás, la mayoría de nosotros, la inmensa mayoría de los homo sapiens sapiens que se vienen sucediendo en este planeta desde hace ciento cincuenta mil años.

Lo que nos define moralmente a esta amplia mayoría, es que tenemos un
comportamiento contradictorio, paradójico: con algunas personas y a menudo
también con algunos animales somos justos y buenos, nos preocupamos por
ellos, los protegemos, los cuidamos si están enfermos, mantenemos las
promesas que les hemos hecho, pero en cambio, al mismo tiempo, y sin que
nuestra identidad se desmorone o nuestra racionalidad se derrumbe ante
tamaña contradicción, podemos ser injustos, crueles, viles y despiadados con
el resto de seres que pueblan el planeta. Podemos comprar para nuestros
hijos juguetes fabricados por niños en condiciones de esclavitud, podemos
comprar productos de belleza que han costado el sufrimiento y la muerte a
miles de animales, desentendernos de la más que probable extinción de 15.000
especies o despreciar a un África que día tras día se hunde un poco más en
el abismo del olvido. Y ser a la vez el doctor Jekyll y Mister Hide en
nuestra vida cotidiana ni nos quita el sueño por las noches ni nos hace
pensar siquiera que tenemos un grave problema.

Y éste es el problema filosófico que quiero plantearles hoy aquí: ¿cómo
puede una misma persona cuidar de sus hijos con toda dedicación, conmoverse
por el sufrimiento de un amigo, donar parte de su sueldo a *médicos sin
fronteras*, y a la vez, tolerar el dolor más atroz de otros, o incluso
despreciar a esos otros que sufren, o incluso alegrarse por ello?

Esa contradicción se da en una variedad infinita de formas y grados, y
encontraríamos los ejemplos más diversos. Cada persona tiene su *círculo
moral*: los que pertenecen a él son los suyos, aquellos que le preocupan y a
los que está dispuesto a cuidar. Los que se encuentran fuera de ese círculo,
en cambio, no merecen la menor atención, o aún peor, son tan despreciables
que se merecen ser explotados, esclavizados y destruidos. Esos círculos
pueden ser de muchos tipos y de muchos tamaños, y cada cual tiene sus
criterios para decidir quién está dentro y quién fuera. Para muchas personas
pertenecen a su círculo los miembros de su nación o su raza, y el inmenso
resto de la humanidad no tiene la menor oportunidad de entrar. En la
Alemania nazi, un ciudadano alemán podía ser un buen padre de familia,
excelente vecino, y trabajar en un campo de concentración maltratando
sistemáticamente a los prisioneros. En nuestra sociedad actual, un médico
puede dedicar seis días a la semana a salvar vidas de pacientes cuya suerte
le conmueve, puede ser pacifista y progresista, un marido sincero y un padre
comprensivo, incluso encariñarse con los perros de sus hijos, y al mismo
tiempo, cada mañana de domingo, coger la escopeta con sus amigos y salir a
cazar.

Existen infinitos casos y pueden ser muy distintos, pero la contradicción es
la misma en todos ellos. ¿Cómo es posible ser a la vez justo e injusto?
¿Cómo es posible ser por la mañana un amigo comprensivo y a las cinco de la
tarde convertirse en un torturador de toros? ¿Por qué nos afecta el
sufrimiento de algunos seres hasta rompernos el corazón, y en cambio el
dolor de otros nos deja fríos, lo olvidamos al instante, o incluso
disfrutamos con él? ¿No es como si nuestra capacidad moral sufriera una
terrible esquizofrenia? Tenemos un abismo en nuestro interior que separa lo
mejor y lo peor de nosotros, y en cada uno de nuestros días somos capaces de
saltar alegremente de uno a otro lado sin percibir la profundidad de nuestro
vacío.

Este es el gran problema de la filosofía moral. Las personas que aceptan el
maltrato de animales en la industria de alimentación, en la experimentació n
o en las fiestas populares, o las personas que lo practican ellas mismas o
que disfrutan con ello, no son seres malvados de los pies a la cabeza. Saben
lo que es la justicia, la bondad y la responsabilidad, y las practican con
otros. Pero no son capaces de incluir a esos animales en su círculo moral.
Igual que los racistas o los sexistas no incluyen a algunas personas.

Esto también nos permite ver algo importante. La cuestión moral de la
protección de los animales no es una cuestión secundaria, marginal para la
filosofía o para la sociedad. Sino que los problemas filosóficos que implica
son los mismos de la filosofía moral en general. Que maltratemos a animales
se parece mucho a que maltratemos humanos. La razón de que lo hagamos es
exactamente la misma.

Los filósofos han desarrollado teorías muy complejas para resolver el
problema del círculo moral, pero no les voy a hablar de ninguno de ellos,
porque creo que la mejor explicación de este fenómeno no la dio un filósofo,
sino un naturalista: Charles Darwin.

*II*
No sé si han leído a Darwin. No suele formar parte de los planes de estudio
de ninguna asignatura, ni en la educación secundaria ni en la universitaria.
La comunidad científica considera correcta su teoría de la evolución y
continúa trabajando en ella; toda persona culta sabe que las especies no
fueron creadas tal como hoy las conocemos, sino que son el resultado de un
proceso evolutivo; sabe que todas las especies están emparentadas y
comparten un mismo origen, y que eso incluye nuestra propia especie. Pero la
mayoría jamás ha leído los textos de Darwin ni sabe con exactitud qué es lo
que dicen. Y esa ignorancia resulta sorprendente, dado que Darwin fue el
primer científico capaz de responder a la pregunta *¿de dónde
venimos?*Parece que ese sería un motivo para que la obra de Darwin
encabezara todas las listas de lecturas, y sin embargo no es así. Probablemente, la gente no tiene el menor interés en saber de dónde venimos, o prefiere positivamente
no saberlo.

Y si la mayoría de personas desconocen la teoría científica de Darwin, menos
saben aún que, una vez Darwin hubo formulado esa teoría científica,
publicada en el libro *El origen de las especies* el año 1859, se ocupó de
pensar las implicaciones morales de su descubrimiento y de formular una
filosofía moral. Darwin dedicó mucho tiempo a leer a los grandes filósofos
morales, sobre todo a Hume y a Kant, y a formular su propia teoría moral. La
publicó en 1871 en un libro que lleva por título *El origen del hombre*, y
que debería ser de lectura obligada en todas las escuelas.

Es en ese libro donde Darwin propuso la expresión que yo he venido usando
hasta ahora del *círculo de la moral*, y donde nos ofreció una explicación
de por qué nuestras actitudes morales están encerradas en un círculo, y se
basan en a quién incluimos y a quién excluimos. La explicación de Darwin,
sintetizada, es la siguiente. La moral no es algo eterno, existente por sí
mismo, que ya existiera en este planeta antes de la llegada de los seres
humanos. La moral tal como nosotros la entendemos, la bondad, la justicia,
todo eso nació con la especie humana, es un producto evolutivo, se
desarrolló como se desarrollaron nuestras manos, nuestra posición erguida,
la inteligencia o el lenguaje. Se desarrolló como una estrategia de
supervivencia, una forma de vivir y de convivir mejor.

La moral humana se desarrolló cuando el ser humano todavía estaba emergiendo
de la animalidad y convirtiéndose en lo que hoy es. Nació a la vez que se
desarrollaba la inteligencia, el lenguaje, se aprendía a hacer instrumentos
de caza, se decoraban las cuevas con pinturas o se enterraba a los muertos.
Fue entonces cuando el ser humano comenzó a desarrollar las nociones de
justicia, responsabilidad, los sentimientos morales como la culpa y el
perdón, la simpatía o la compasión. Fue entonces cuando el ser humano
aprendió a ser altruista, a compartir la comida, a ayudar a los demás, a
cuidar de los enfermos, adoptar niños huérfanos.

Pero en aquel momento en que nació la moral humana, los seres humanos vivían
en tribus, en grupos familiares de entre 15 y 30 personas que compartían un
mismo hogar, la actividad de la caza y la recolección, y el cuidado de los
hijos. Esas personas se ayudaban en todo porque eso hacía su vida más
segura, más confortable y más placentera. Cada miembro de la tribu daría su
vida por los demás, cuidaba de ellos, les era fiel. En esa tribu entraba su
familia, quizás también parientes lejanos, a veces otros humanos con los que
no tenía vínculos de sangre pero con los que había creado una relación de
amistad. E incluso algunos animales de compañía, perros, o algún otro animal
adoptado de cachorro. Pero su moral se acababa con los límites de la tribu,
tenía el mismo tamaño que su tribu. Quienes no formaban parte del grupo, del
círculo, podían ser maltratados, torturados, esclavizados, sin que ello
causara el menor remordimiento.

Dentro del círculo se tejen fuertes lazos de responsabilidad moral. Cada
cual se siente responsable de los otros, sabe que debe ayudarles si le
necesitan. Sabe que tiene deberes hacia ellos, y que también tiene derechos
frente a ellos. Firmes lazos de reciprocidad, de respeto mutuo, crean lo que
llamamos una comunidad moral. De ese tejido se alimentan luego las normas de
convivencia, las leyes, la institución judicial. Naturalmente, un día uno
puede mentir o robar a un miembro de la tribu, pero eso suele despertar
remordimientos, sentimientos de culpa y deseos de reconciliació n. En
cambio, los seres que existen fuera del círculo no nos despiertan el menor
sentimiento moral; no son seres frente a los que tengamos responsabilidades,
sino sólo instrumentos que usar, esclavos que explotar.

Eso era así para nuestros antepasados cazadores-recolecto res, y los
antropólogos han podido comprobar que sigue siendo así en las culturas de
cazadores-recolecto res que todavía sobreviven en algunos rincones del
planeta. El origen de nuestra moral es tribal, y el problema es que cada uno
de nosotros sigue pensando la moral en términos tribales. Seguimos pensando
en términos de los nuestros y los otros, los que incluimos y los que
excluimos.

Así pues, esa esquizofrenia moral en la que viven la mayoría de los seres
humanos tendría una explicación natural, biológica. Pero que sea natural no
quiere decir que sea insuperable. Al contrario, que conozcamos las raíces de
nuestro problema nos ayudará a vencerlo. Darwin era optimista y creía que
existía la posibilidad de un progreso moral, que las personas eran capaces
de ampliar voluntariamente su círculo moral. Y creía que, de hecho, a lo
largo de la historia de la humanidad se había producido un cierto progreso.
Con la sucesión de las generaciones, muchos de esos círculos morales se
habían ido ampliando más allá de la tribu para acoger a muchos más seres. Se
trata de un progreso lento y difícil, pero Darwin creía ver que existía.
Nuestra capacidad para la reflexión, la educación, el cultivo de los
sentimientos morales, el viajar, conocer a personas de otras culturas, irían
convenciendo a las personas, en cada generación, de ampliar un poco más su
círculo moral.

En la historia de la humanidad, poco a poco, los límites del círculo se
extendieron más allá de la tribu para abrazar a una ciudad de miles de
habitantes, a una nación con millones de miembros, o incluso a toda una
raza, con miles de millones de personas dispersas en países distintos. En
ese proceso de ampliación, ha habido límites muy difíciles de superar. La
raza es uno de ellos. El sexo es otro. Hay un momento significativo en la
historia de la humanidad: cuando en el siglo XVIII los colonos europeos
fundaron los Estados Unidos de América, fueron los primeros en incluir una
declaración de derechos humanos en la fundación de un Estado. Esos padres
fundadores eran intelectuales y políticos progresistas y tolerantes. Pero
los derechos que se concedieron eran sólo para los varones blancos de origen
europeo y cierta posición social. Los pobladores nativos de América eran
tratados como animales y se les regalaban mantas infectadas de viruela para
que murieran. Los negros eran objeto de comercio y esclavos en las casas de
los blancos. Las mujeres mera propiedad de sus maridos. Los animales
salvajes, cazados y exterminados. Las grandes riquezas naturales de
Norteamérica, preservadas durante milenios por sus pobladores originales,
comenzaron a ser destruidas.

Sin embargo, un siglo después, Darwin era optimista. Muchas personas
defendían ya la abolición de la esclavitud, algunas activistas por los
derechos de las mujeres comenzaban a ser escuchadas, e incluso nacía una
cierta conciencia ecológica. Darwin confiaba en que pronto toda la humanidad
quedaría abrazada por un solo círculo moral que nos uniría a todos, de forma
que cualquier ciudadano de cualquier país del mundo, fuera de la raza, la
nación o la religión que fuera, se sentiría afectado si cualquier otra
persona era tratada de forma injusta o sufría una gran desgracia.

La esperanza de Darwin pareció realizarse cuando el año 1948 la ONU promulgó
la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Muchas personas viven hoy
creyendo firmemente en esa universalidad. Aunque basta con mirar un
telediario para comprender que en la práctica esos derechos no se respetan,
al menos, podemos hablar de universalidad, y tenemos instrumentos para
exigir el respeto de esos derechos.

Darwin creía que, en un futuro próximo, el círculo uniría a toda la
humanidad, y que una vez eso se hubiera conseguido, el progreso no se
acabaría ahí. Sino que se ampliaría una vez más para acoger a todos los
animales. Hasta que no quedara fuera ningún ser capaz de sentir dolor.

"A medida que el hombre avanza por la senda de la civilización, y que las
tribus pequeñas se reúnen para formar comunidades más numerosas, la simple
razón dicta a cada individuo que debe hacer extensivos sus instintos
sociales y su simpatía a todos los que componen la misma nación, aunque
personalmente no le sean conocidos. Una vez que se llegue a este punto,
existe ya sólo una barrera artificial que impida a su simpatía extenderse a
todos los hombres de todas las naciones y de todas las razas. La experiencia
viene a demostrarnos, desgraciadamente, cuán largo tiempo transcurrió antes
de que miráramos como semejantes a los hombres que difieren
considerablemente de nosotros por su aspecto exterior y por sus hábitos. Una
de las últimas adquisiciones morales parece ser la simpatía, extendiéndose
más allá de los límites de la humanidad. (...) Esta virtud, que es una de
las más nobles que el hombre posee, parece tener su origen incidental en que
nuestras simpatías, al hacerse más delicadas y extenderse por mayor esfera,
alcanzan, por último, a todos los seres sensibles; pues una vez esta virtud
es honrada y practicada por algunos pocos individuos, se esparce por la
instrucción, por ejemplo, a los jóvenes, y concluye por formar parte de la
opinión pública." 1
Cada vez que ese círculo se amplía para vencer un obstáculo, se producen las
mismas reacciones de quienes están en contra de esa ampliación. El racista
que se niega a que las personas de color tengan los mismos derechos
reacciona de la misma forma que el machista que no quiere que las mujeres
puedan acceder al mismo puesto de trabajo. No quiere ser igualado al otro,
al negro, al gitano, a la mujer. Lo que le sucede es que siempre se ha
sentido superior al otro, siempre ha sentido que estaba legitimado a
maltratar, usar, despreciar, al otro, y no puede soportar ser igualado. Teme
perder un privilegio: el de su supuesta superioridad para despreciar y
maltratar.

"No nos gusta considerar nuestros iguales a los animales que hemos
convertido en nuestros esclavos." 2

Quieren un círculo lo más estrecho y reducido posible, como si la moral
fuera un club privado para varones blancos europeos ricos, que entre sí se
tratan con educación y esmero, mientras fuman puros en elegantes salones,
pero que cuando regresan a casa por la noche pegan a sus hijos, desprecian a
sus esposas, violan a la criada, y le pegan una patada al perro. Quieren ser
los únicos con derechos, y poder así dominar a todos los demás. Por tanto,
buscan a la desesperada razones contra esa ampliación del círculo. Se dice
que el indígena no es más que un animal, que las mujeres no tienen la misma
inteligencia que los hombres, que los animales no tienen alma… se trata
siempre de buscar una razón que permita justificar la superioridad de unos
sobre otros, el dominio de unos sobre otros.

*III*
¿Cómo podemos ampliar ese círculo?

En primer lugar, tenemos *buenas razones*: sabemos que los animales sufren
física y psíquicamente, y por ello deberíamos evitar causarles dolor.
También sabemos que ser crueles con los animales nos entrena en la crueldad
y a la larga nos hace crueles con los humanos, como defendían Tomás de
Aquino o Kant. Pero las razones, aún cuando las comprendamos, no siempre nos
conmueven, no necesariamente nos llevan a actuar de acuerdo con ellas.

En segundo lugar, tenemos *sentimientos morales*: la simpatía hacia los
otros, en la que se basa la optimista y vital filosofía moral de Hume, o la
compasión, en la que se fundamenta la filosofía mucho más pesimista de
Schopenhauer. Pero no todo el mundo posee en el mismo grado esos
sentimientos, y cuando no surgen de forma natural necesitan ser educados y
cultivados desde la infancia, lo que no resulta fácil.

La filosofía lleva siglos intentando cultivar ambos caminos, dando buenas
razones y tratando de educar los sentimientos morales. Pero el problema de
la filosofía es que no suele llegar a muchas personas; su lenguaje es
abstracto, difícil. A la mayoría de las personas les preocupan los problemas
filosóficos y hacen reflexiones filosóficas en muchos momentos de su vida.
Pero les resulta difícil acercarse a los profesionales de la filosofía, que
suelen manejar un lenguaje tan técnico como el de los médicos o los
abogados.

Ese es el dilema al que se enfrentó un buen día la filósofa Martha Nussbaum.
Nussbaum es una excelente filósofa estadounidense, de origen judío,
mundialmente conocida por sus libros sobre filosofía moral, el desarrollo en
el tercer mundo, o por sus colaboraciones con el economista Amartya Sen.
Nussbaum fue contratada hace unos años por la facultad de derecho de la
Universidad de Chicago con el encargo de que diera clases a sus estudiantes,
es decir, a los futuros abogados, fiscales, jueces, políticos, legisladores,
y les ayudara a desarrollar razones y sentimientos morales que les hicieran
ser más justos y sensibles en su trabajo. Esa es una gran oportunidad para
un filósofo, poder formar a las futuras generaciones que van a tener poder
para construir una sociedad más justa. Pero, ¿cómo se les enseña nociones de
moral a jóvenes de veinte años que están haciendo estudios durísimos, que
tal vez sólo aspiran a tener un buen trabajo con un buen sueldo?

Martha Nussbaum meditó largamente sobre esa cuestión, y al final, se
presentó el primer día a su clase de derecho sin llevar ni un solo libro de
filosofía. En vez de eso, llevaba una novela de Charles Dickens. No les dio
clases de filosofía, los puso a leer novelas. Sobre esa experiencia
educativa escribió después un magnífico librito titulado *Justicia Poética*,
publicado en 1995.

¿Por qué lo hizo? Porque el lenguaje abstracto de la filosofía sólo le llega
a la razón tras muchas horas de trabajo y tarda todavía mucho más en
llegarle al corazón. Mientras que una buena novela, igual que una buena
película, nos captura al instante la razón y el corazón. La literatura nos
abre la mente a un mundo nuevo, estimula nuestra imaginación, nos enseña a
ponernos en situaciones completamente distintas a las nuestras, hacer el
ejercicio de ponernos en el lugar del otro, comprender perspectivas
diferentes, experimentar sentimientos que no hemos tenido todavía en nuestra
vida. Con las novelas, los futuros abogados y jueces descubrían en los
personajes de ficción qué siente una persona inocente que es condenada de
forma injusta, qué siente una persona marginada por su raza o su religión.
Les hace ponerse en su piel, conmoverse por su destino. Aunque esos
personajes son irreales, son ficción, simulan individuos con nombre y
apellidos, con un rostro.

Contar historias es tan antiguo como la moral. Nuestros antepasados
cazadores-recolecto res se contaban historias junto al fuego. Durante
siglos, padres y abuelos han narrado a sus hijos cuentos y fábulas. Hoy nos
llegan a través de los libros, y también de las pantallas de cine, de
televisión o del ordenador. Los formatos cambian, pero contar historias
sigue siendo lo mismo. La ficción tiene muchas funciones, divierte, enseña a
soñar y a imaginar lo nunca visto, hace olvidar por un rato los problemas
cotidianos, pero también es un laboratorio donde experimentar sentimientos,
donde imaginar qué es el amor, la envidia, la injusticia, el dolor. La
ficción educa a la vez a nuestra razón y a nuestro corazón. De este modo,
las buenas historias son quienes pueden traernos la voz de aquellos a los
que hemos dejado fuera del círculo y hacernos comprender que sienten y
sufren como nosotros y que no merecen nuestro olvido. Necesitamos literatura
sobre animales y sobre la naturaleza. Necesitamos reunir todas las buenas
historias que ya existen, desde clásicos como *Moby Dick* de Melville, hasta
obras recientes como *Tombuctú*, de Paul Auster, *Gatos*, de Doris Lessing,
*Desgracia*, de Coetzee, o *El hombre que susurraba a los caballos*, de
Nicholas Evans, reunir todas esas obras y divulgarlas mucho más, conseguir
que las lean los niños, los jóvenes. Y más aún, escribir nuevas historias
que narren los problemas de los animales y de la naturaleza en la sociedad
de hoy. Más allá de las cifras o de los conceptos abstractos, necesitamos
volver a contar historias.

Marta Tafalla
Universidad Autónoma de Barcelona
Departamento de Filosofía

Acerca de los perros "potencialmente peligrosos"

Sobre los ¨Potencialmente Peligrosos¨La pretendida iniciativa de Ley de tenencia de perros ¨potencialmente peligrosos¨, que se ha lanzado en nuestro país, como una mímica de lo hecho en otros, es una forma de alentar la discriminación.

A mi parecer, ningún tipo de discriminación debe ya caber en las normas que
regulan a una nación....para mi esto es muy simple de comprender, bajo una
mirada de mejora de los individuos y una verdadera evolución.

Lo civilizado, en todo caso, sería que nuestro país contara con una Ley de
Tenencia Responsable de Animales Domésticos que incluya hacer respetar, en
principio, lo más fundamental, es decir: La Vida...la tuya, la mía, la de los
animales, la de la biodiversidad. Enseguida, esta nueva ley se encargaría de
hacer que las personas nos hiciéramos responsables TOTALMENTE de nuestros
perros de familia.

Esto ayudaría a transformarnos y cambiar en estatus de nuestros animales de
compañía, de simples bienes ¨muebles¨ a individuos con derechos fundamentales,
que, aunque ya les han sido otorgados en la teoría y hasta declarados por la
ONU, me atrevo a decir que en casi ninguna nación se respetan y mucho menos se
hacen respetar por la autoridad...En nuestro país es clara esta ausencia...si
no pueden multar a todos los que se pasan los altos y no cabe en nuestras
policías la prudencia ante el peligro inminente, como en el reciente caso de la
discoteca ¨News Divine¨.......

¿RAZAS PELIGROSAS?

Una de las razas ¨apestadas¨ es la del Pit Bull o American Pit Bull,
Comparto algunos datos sobre esta raza:

- A los pit Bulls no se les ¨traban¨ las quijadas. Lo que sucede es que
resultan imposibles de abrir debido a que ejercen una capacidad de presión en
la mordida de 2500 libras por pulgada cuadrada.

El Dr. Brady Barr de la sociedad National Geographic ( Autor de: Encuentros
peligrosos: La fuerza de una mordida. 2005) , midió esta fuerza en diferentes
especies, incluida la canina. Los resultados de esas pruebas de presión son las
siguientes:

* Humanos: 120 lb x pulg. cuadrada

* Perros domésticos comunes: 320 libras por pulgada cuadrada. (Los rottys y los
pits fueron puestos a prueba mediante una manga con sensores computarizados y
resultó que el Pit muerde 3 veces más fuerte que el rott.)

* Perros salvajes: 310 libras por pulgada cuadrada.

* Leones: 600 libras por pulgada cuadrada.

* Tiburón blanco: 600 libras por pulgada cuadrada.

* Hienas: 1000 libras por pulgada cuadrada.

* Cocodrilo: 2500 libras por pulgada cuadrada...igual que nuestro Pit.

Tradicionalmente los pits han sido criados para no agradarles otros perros y
ser amantes de la gente, con un altísimo nivel y capacidad de inhibir su
mordida contra nosotros.

* Los pits y todas las razas que han sido criadas para el trabajo de cacería, y
casi todos los terriers, tienden a ser agresivos con otros perros,
especialmente con los de su mismo género, acentuándose ésto entre hembras (esto
último es una tendencia natural en todas las demás razas).

* En Inglaterra llaman a los pits ¨Nanny Dogs¨ por su capacidad instintiva y
protectora con los niños.

(Fuente: forpitsake.org)

Muchos perros de esta raza han sido valiosos en su trabajo hacia su comunidad y
muy populares ¿ Cómo es que una raza tan popular es tan presumiblemente
peligrosa?

Algunos pits y mezclas de estos ya los conocemos: El perrito de la marca RCA (
el que escucha el megáfono), Pete el de los Pequeños Traviesos (Little
Rascals), Helen Keller (la chica paraplégica) tuvo varios, Stubby, el perro más
condecorado en la historia del ejército de EU, era un pit, el primer perro
certificado en Canadá para ayudar a los sordos...era un pit.

Es cierto que el 60% de los humanos mordidos por perros son niños, sin
distinción específica de la raza o tipo del atacante. De ellos los menores de
12 años son la mayoría. Las probabilidades de que un ataque de perro, de
cualquier raza, sea mortal es de una en 177.

INSISTO: NUNCA. JAMÁS DEJAR A NIÑOS Y PERROS (de cualquier tipo, tamaño o
raza) JUGAR SÓLOS SIN SUPERVISIÓN

Así como es importante educar a los niños sobre cómo comportarse con la gente,
es igualmente importante educarlos en su comportamiento y actitudes con
relación a los animales inculcándoles respeto, no miedo, cariño y no dominio.

Una buena ley de tenencia responsable de animales domésticos, aplicable a
TODOS, sin , trazas de discriminación por raza o tipo implicaría convertir a
los animales de compañía en sujetos de derecho en los que sus obligaciones
compartidas con los dueños incluyan aplicar multas en caso de transgresión por
no acatarse: La prohibición del actividades deambulantes sin supervisión
directa del dueño, invasión física, atentado o destrucción de propiedad
privada, agresión a personas o animales , dejar excrementos en áreas públicas o
actuar de modo que decrezca la calidad de vida de su comunidad, además del
maltrato o crianza discriminada debería estar penado por la ley.

Así como para tener una licencia para manejar un coche, para lo cual se
requiere de pasar un sencillo examen y hacer un curso, en nuestro país, al
menos ¨informativo¨ , ¿Porqué se hace menos para la tenencia de un animal de
compañía en el que el curso informativo y posterior examen exponga al dueño la
manera correcta de tener un perro?...claro...ya sabemos cómo maneja la
gente...aunque CON licencia...Una vez más, la clave: EDUCACIÓN

En otros países en que se ha aplicado una ley discriminatoria sobre la tenencia
de perros de razas específicas consideradas ¨potencialmente peligrosas¨...la
ley en cuestión ha sido ineficaz e ineficiente y resultando en cientos de
muertes provocadas y auspiciadas por los gobiernos y ¿Porqué? Por discriminación.

Sentenciados a muerte por SER.

Estos perros están siendo sacrificados por SER de una raza incomprendida,
incómoda, que al existir, a veces fuera de control por parte de los humanos,
saca a relucir el poco control que tenemos (en muchos casos), de lo que nosotros
mismos, como sociedad, hemos creado y ya NO QUEREMOS ver y sentir en carne
propia: Nuestra incompetencia.

Nos zafamos del error en la omisión de una buena crianza y educación, con la
muerte de la prueba viviente de ello...pero la pena de muerte, ya lo sabemos,
es equívoca, como el hombre mismo.

El Pit, el bullmastiff, el Rotty, bull terrier, dogo argentino, staffordshite
terrier y otros perros considerados peligrosos, si se crían y educan
correctamente, vinculándolos afectivamente con la familia, sociabilizándolos
con otros de sus especie desde muy temprana edad, son perros comunes.
Depredadores con dientes dentro de casa y no más agresivos que la mayoría, más
con un potencial de fuerza y carácter que bien puede servir para diversos
trabajos al servicio de su comunidad.

A menos de que sean diagnosticados con por un experto etólogo con Agresión
Ideopática del tipo ¨síndrome del error mental¨. (Dr. Bonnie Beaver, 1980)
TODOS los tipos de agresión son tratables etológicamente en CUALQUIER tipo o
raza canina.

Recuerda: Los prejuicios aniquilan a los más inocentes.

(Escribo esto en honor de PIT y CERO, los pits de mi infancia, y para BAKO,
el pit que me ha recordado que los errores de los desinformados, los pagan los
indefensos).
--


Atte.
Penélope Hoyo
Etología canina familiar
http://perrodefamilia.blogspot.com/

¿Que hacer cuando tu perro muerde a alguien?

Si tu perro muerde a alguien, incluso si fue una mordida provocada por la persona mordida, te verás en apuros tanto por causas legales como por motivos emocionales.

El futuro de tu perro estará en riesgo y podrías tener que enfrentar severas consecuencias legales. No pierdas la cabeza, da estos pasos para minimizar el daño que tu perro ha causado.

Entra en acción inmediatamente
· Encierra a tu perro en un ambiente seguro inmediatamente.
· Serénate, sé amable y no confrontes al otro.
· Ofrece tu ayuda de todas las maneras posibles (llamando a la ambulancia, llevando a la víctima al hospital más cercano, administrándole primeros auxilios, etc.).
· Notifica a las autoridades.
· Intercambia nombres y direcciones con la persona que tu perro mordió.
· Pide los nombres y direcciones de todos los testigos del ataque.
· Evita hacer cualquier declaración sobre el incidente porque más tarde podrían usarlas en tu contra.

Qué debes hacer
Las leyes pueden variar mucho de un país a otro. Si tu perro atacó aun ser humano o a otro perro, es imperativo que conozcas las leyes de tu área de residencia.

Debes presentar pruebas de que tu perro fue vacunado contra la rabia, y tu perro puede ser sometido a cuarentena. Esto puede ser en el hogar o en una clínica elegida por las autoridades (posiblemente una veterinaria o en un refugio estatal). Aqui es importante saber lo anterior, pues en el DF lo que "procede" es llevarlo y manternerlo en observacion en los Centros de Control Animal, mejor conocidos como Antirrabicos o Perreras.

Si la víctima pide dinero o amenaza con iniciar una acción legal, necesitarás contratar a un abogado. También necesitarás informarle a tu compañía de seguros si tienes algún tipo de cobertura (seguro de hogar, seguro sobre mordidas, cobertura sobre todo riesgo). Cooperar con las compañías de seguros podría tener un impacto positivo en el resultado de toda acción legal.

Responsabilidades morales y gestos de buena voluntad
Tanto si es requerido por ley o no, tienes la obligación moral de cubrir todos los gastos médicos causados por tu perro. Ojalá pudiéramos decirte que no ofrezcas nada en caso de ataque provocado pero, desafortunadamente, el tipo de persona que provocaría a tu perro a que lo muerda es posible que sea el tipo de persona que te demandaría por lo que necesitas de toda la buena voluntad –y paciencia- que puedas poseer.

En este mismo sentido, los padres que permiten que sus niños abusen deliberadamente de un animal son también del tipo de los que necesitas cuidarte. Esto no incluye las provocaciones accidentales (por ejemplo, un chico tropezando con un perro, o un momento de descuido por parte de un padre y su hijo sacándole un manojo de pelos).

¿Y qué le pasará a mi perro?
La severidad de la mordida, el motivo que causó que tu perro mordiera, y cualquier incidente previo serán los factores decisivos en el futuro de tu perro. Si tu perro es declarado peligroso, es posible que enfrente restricciones como ser amordazado, y serle prohibido el acceso a áreas públicas e incluso la posibilidad de una orden de la corte para la eutanasia.